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En nuestro camino espiritual, buscamos constantemente formas de sentirnos más cerca de lo divino, de nuestros guías y de nuestra propia alma. Y si te dijera que puedes crear un anclaje físico para toda esa energía, un pequeño rincón de paraíso en tu propio hogar? Hoy te guiaremos, paso a paso, para crear tu propio altar sagrado.
Lejos de ser un objeto de adoración, un altar es un espacio físico que dedicas a tu bienestar espiritual. Es un reflejo de tu mundo interior, un punto de encuentro entre tú y el universo. Es el lugar donde depositas tus intenciones, donde meditas, donde das las gracias y donde te recuerdas a ti misma/o que eres un ser sagrado.
Crear un altar es un acto de profundo amor propio. Es decirle al universo (y a ti misma/o): "Mi conexión espiritual es importante. Merezco este espacio de paz".
No necesitas una habitación entera. Busca un pequeño rincón en tu casa que se sienta tranquilo y donde puedas tener un momento de privacidad. Puede ser una esquina de tu habitación, una balda en una estantería o una pequeña mesita auxiliar. Lo importante es que sea un lugar que tú elijas conscientemente para este propósito.
Una vez elegido el lugar, límpialo bien, tanto física como energéticamente (puedes pasar un sahumerio de salvia o palo santo). Luego, coloca una base que delimite tu espacio sagrado. Un pañuelo bonito, un trozo de tela de un color que te guste (el blanco, el dorado o el violeta son excelentes opciones) o un mantelito individual pueden servir perfectamente.
Para crear un espacio equilibrado y lleno de poder, es tradicional invitar a los cuatro elementos de la naturaleza. Esto crea una base energética muy completa.
Ahora llega el momento de personalizar tu altar y llenarlo con tu propia magia. Coloca objetos que tengan un significado especial para ti y que representen tu conexión con lo divino.